Tenía la boca seca,
pero no quería beber algo
que no viniera de sus labios,
tenía las pestañas muy largas,
sus ojos las regaban a diario,
no quería saber nada,
mas que los recuerdos de su mente,
su cuerpo temblaba y sentía frío,
aunque se tapase allí estaba presente,
el tiempo no pasaba y fue eterna la noche.
Tiempo después se hizo fuerte,
aunque a veces no pueda más,
sonríe y no para de hablar,
inspira confianza,
o eso creen los demás.
No es tanto su mirada como lo que hay detrás,
días de noche mojada y un respirar,
profundo respirar aliento,
recuerdos y el mar.